Criaturas de la noche
Una cucaracha
me tocó el brazo
y mi gesto lo dijo todo
Me preguntó ¿tanto asco
te doy? y me ofreció
la mitad de su chicle
Acaricié su dorso
que no emitía música
y pensé
si fueras un grillo qué
clase de conversación
estaríamos teniendo
Tax free
A las nueve
se citaron los citadinos
pidieron un rioja
y una tabla de quesos
A las once
no habían probado bocado
y estaban sumidos
en el silencio y la incomodidad
de saberse hostiles e idiotas
Acordaron no volverse a ver
pero tres días después
se cruzaron en la calle
y dijeron qué tontos
con lo que nos gusta
el vino y el buen parmesano
Se citaron a las nueve
en un viejo bodegón
viejo como las viejas costumbres
y los malos hábitos
y a la cita acudieron
dos fantasmas tristes
apenas reconocibles
por sus contornos difuminados
a la luz del farol
En cambio los citadinos
estaban en el bar de enfrente
algo borrachos y otro poco
fingiéndolo
diciendo cosas a las chicas
haciendo planes
tallando y retallando gestos
sobre sus caras de piedra
sobre sus bíceps cuadrados
de marineros en puerto libre
Una cucaracha
me tocó el brazo
y mi gesto lo dijo todo
Me preguntó ¿tanto asco
te doy? y me ofreció
la mitad de su chicle
Acaricié su dorso
que no emitía música
y pensé
si fueras un grillo qué
clase de conversación
estaríamos teniendo
Tax free
A las nueve
se citaron los citadinos
pidieron un rioja
y una tabla de quesos
A las once
no habían probado bocado
y estaban sumidos
en el silencio y la incomodidad
de saberse hostiles e idiotas
Acordaron no volverse a ver
pero tres días después
se cruzaron en la calle
y dijeron qué tontos
con lo que nos gusta
el vino y el buen parmesano
Se citaron a las nueve
en un viejo bodegón
viejo como las viejas costumbres
y los malos hábitos
y a la cita acudieron
dos fantasmas tristes
apenas reconocibles
por sus contornos difuminados
a la luz del farol
En cambio los citadinos
estaban en el bar de enfrente
algo borrachos y otro poco
fingiéndolo
diciendo cosas a las chicas
haciendo planes
tallando y retallando gestos
sobre sus caras de piedra
sobre sus bíceps cuadrados
de marineros en puerto libre
Día de campo
A boca de jarro
me convertí en jarro
llevo agua a los viñedos
un trabajo interminable
demoledor y mal pago
a la usanza de los bordoleses
llevo agua a los viñedos
con mi cuerpo hecho jarro
riego la tierra y el camino
me hago camino para el buey
para el carro para el señor
y cada día despierto hombre
que ha vivido cien años
que a boca de jarro grita un nombre
que el viento devuelve irreconocible
como al hijo pródigo olvidado
o a la mujer amada
bordada de golondrinas
Ferlandina 22
Acodado en el balcón
veo pasar con lástima
el último estado de pánico
que dobla la esquina
rengo y mal vestido
Mejor observar
a la inglesita del segundo
descolgar la ropa con
unos dedos que ya querríamos
ver en su coño
al escritor del tercero
tosiendo y escupiendo
calle abajo
un adelanto de la lluvia
que amenaza con caer
desde un cielo cerrado
a la mirada de los ángeles
La lluvia
Cuando pare de llover
volverá el cadáver a su tumba
el alma al cuerpo
el pájaro a su cielo
el cántaro a la fuente
Ahora llueve y la desesperación
los pone espantadamente tristes
e inseguros de sí
como a niños criados
entre pañales de seda
Cuando salga el sol
se hablará de la lluvia
como de la guerra
y el veterano de la guerra
dirá
“¡No sabéis nada brutos!”
ocupado en esquivar
las últimas balas de un pasado
que aún reclama lo que no es suyo
Eduardo Rezzano nació en La Plata en 1968. Escritor y músico. En 1999 publica Ningún lugar (Ediciones del Canto Rodado, Mendoza), en 2005 es incluido en la antología Nacer (Editorial Lumen, Barcelona) y en 2006 publica Gato barcino (Editorial Lumen, Barcelona). Fundador de 2vecesbreve y de la Orquesta Camaleón. Las fotos incluidas en esta selección están extraídas del blog de ER: http:/www.eduardorezzano.blogspot.com/
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