Mario Porro: Jarrón chino y otros poemas de “Sucesión del ser” y “Tropos”


selección de textos de “Sucesión del ser” y “Tropos”: José María Pallaoro



De: “Sucesión del ser”, 199
8

selección de poemas: José María Pallaoro


Romance


¿Quién anda
por la orilla?

Nadie
¿No es nadie el río?

Malecón gimiente
Vida oscura
¡Junco estremecido!

Cernidas
por el agua
dos sombras
han pasado
Se alejan
vuelven vuelven
Tocan nuestros pies
Allí el musgo vive
trabaja
adormece
atrapa
Sordo

No importa el tiempo
Pasarán años
El río estará
seco
Tal vez el amor
vuelva


Qué sentido

Alguien hay detrás de mí
Camina
Aprieta el paso

Hace tanto tiempo
que no existe
No es nada
Sólo apoya
sostiene
las distancias
entre ser no ser

¡Árbol pájaro
aire mariposa
agua pez
hombre tierra
fuego!

Qué sentido
la vida
en este cosmos
Casi indiferente
que deja
Sentir
Amar
Desear
Y pone alguien
detrás de mí
Que empuja
para que no abandone


Este otoño

a Andrea, Gastón, Julián, Josefina, Sol

Hay
pájaros
oscuros
tímidos
entre las hojas

Trinos apagados
Despedidas
indecisas
solemnes
Cristalizadas
Roces
Temblores
“Una hoja
que no volverá”

El arrullo
es amor
recogido
voz entre plumas

Cuál vida
es la vida
¿El pájaro
que sigue
la hoja
que cae?


Amigos


Hombro a hombro
empujando
diferencias
¿Quién a quién
hace
deshace?

Amigos del camino
Vertiente
de amor
Soledades
de arrobo
Contactos

Despedidas
Angustias
del misterio
para siempre

Te amaba
Me amabas
¿Y ahora?


Jarrón chino

a Abelardo P. A.

La mariposa
llega
se apoya
sobre la flor
Liba

Cuando se va
la flor
despierta
Mira
como su sueño
se aleja
agitándose
voluptuosamente
El aire
se llena de rubor

Estoy allí
Ojos semicerrados
Siento
una brisa
apenas
sobre las sienes

¿Habrá en el universo
ahora
otro hombre
otra flor
otra mariposa?



Posdata:
Dedico esta edición a José Luis Mangieri
por su amor a la poesía
M.P.




De: “Tropos”, 2000

selección de poemas: José María Pallaoro


Casi un haiku de otoño, 1997

El cielo
envejecido
indiferente
nos mira

Andamos
entre las hojas
oxidadas
Antípoda
de sí

Hay un perfume
agrio
¿Es de las flores?

Pienso
en las alegrías
de ayer y de hoy
que en el oscurecer
no se distinguen

Así nuestras sombras


Día de invierno

Un silencio
cruel
hace más
el frío

Tenemos el fuego
La llama

El calor corre
nuestra piel
como olvidada
Sólo sabemos de ella
el viento

Recuerdo
una vez
Perfumes
Colores
Pájaros de alegría
Mariposas

Hoy temblor
de ave
Antepasados
Vida sumada
Rescoldo
de universo

¡Oh imágenes
imágenes!

Vidas invernales
Otras
Escondido fervor
de las cenizas


Noche transfigurada
a Schöenberg

Cae mi
realidad
en el cuerpo
de la noche

Acaso
es mi sueño
Cerrar los ojos
abrirlos
Dejar la mirada
sin objeto
Que la imagen
se hunda
en lo lejano

¡Oh anterior sentimiento
sin recorrer!

Amor sin cosecha
No hecho
No construido
Esperador imposible

Sesgo
del vivir

Sé de la luna
sobre los árboles altos
que estremecen
Y tengo miedo
Existir
en la penumbra


Migas

Migas
de pan
en la mesa

Perdido mirar
Escaleras
del tiempo
Lugares
vacíos
Rincones
de asombro

¿Qué es
la inocencia?

De pronto
una voz
¿De quién?
Reúne
la inasible
ternura

¿Fuimos tan pequeños?

Nuestro nombre
era otro
¿Tan de amor!

Las miguitas
lo esconden
Sonríen
a un brillo
fugaz

¡Oh tanto ver
empañado!


La carta


a la luz de la luna

Pierrot mi buen amigo
si me prestas la pluma
una carta te escribo
A. Bertrand


Amor mío
No te duelas
por mi soledad

Ella cuida
de mi asombro
Me protege
de la distracción
Anuda
mi ser
a su estar

Empuja
por las venillas
interiores
Rosas azules
Como en las medusas
hasta que ya son
agua
cielo
luz
calor errático
espacio tiempo

Piensa en mí

Envuelve
todo el amor
que he juntado
Quiero llevarlo
al universo

Dejarlo
A la espera
de aquel
que dirá
¡Ah eres tú!
Lo sabía


Casas

Qué cerca es
la casa
que vivió
mi infancia

Qué cerca
de allí
la que ahora
acompaña
mis tiempos últimos

Las bolitas
el trompo
barriletes
Stravinsky
Bártok
Debussy

¡Ah las moscas
rubias verdes
en el fondo
del jardín
de John Perse!

Tejidos
de emoción
que rodean
ese tiempo
y lo esconden
de la nada


Mundos

Las luces
del techo
llegan
al fondo
de mi taza
de té

Estrellean
rostros
manos
inmensos jardines
Senderos iridiscentes

Siluetas de tristeza
se rompen
en cada gota
encandilada

Los amigos
beben
charlan


¿Vacío?
a Einstein

Otrora
el tiempo
era
como un silencio
que escapaba

Hoy
es universo encarnado
donde nuestras vidas
ordenan
sus vientos

A las ciudades
los campos
las estrellas

Quizá
abran una flor
lenta en el vacío
y el silencio
de un amor
lo sorprenda


La cena
a Leonardo, a mi padre

Solo


El silencio
corre por las sillas

Ellos se han ido
has escapado
por las ventanas
Pájaros
libres

El pan en la mesa
ya no los reúne
Cada uno
es él

Yo los recuerdo
los veo sentados
Celebran
juntos
¡Ah sus gestos!

Ahora me duele
la mano
en la mejilla

Casi luz
las sombras
retornan

El amor
se sienta
en cada silla
El pan
La mesa

Solo

¿Qué pregunta
es la ausencia?


Eterno retorno 
Canción oriental

Las ramas
del sauce
caen
caen
Cabellos
del cielo

El húmedo amanecer
dejó
las gotas
en cada hoja
que con la brisa
rielan
el arroyo

Ahora en el sol
las oigo cantar
“Volveremos
volveremos
¡Tanto hemos amado!

¡El cielo
las nubes
las hojas
el agua
serán la fiesta!

Y así
la vida


Suelo de junio

Las hojas
de otoño
y el pasto verde
están aquietados
como amándose

Los zorzales
picotean
pedazos de cielo
y de sol
Juegan

Oboe sin aire
la tristeza
pasa
entre las hojas

Sólo mi fervor
estremece
¡Cuántos soles!
¡Cuántos dioses!
Para esta calma
que mi vida
reconoce
ahora
como un inefable
entre el tiempo y el espacio

El aire
en celo
espera
el viento


Tropo ambiguo

No te inquietes
Sólo es la sombra
de tu ser
que tienta
por tu noche

No preguntes

Haz como los árboles
Esperan
que el cielo
los abrace
y les diga
invierno verano
primavera otoño

Total tal vez nunca
sepas
del carozo
o la flor

¿Por qué
estás solo?
Sin embargo
vives
envuelto
en los demás

Cómo ellos
te ahogan
Cómo sin ellos
mueres

Espera
igual que el árbol
que el cosmos te abrace
¿Lo sabrás?



Mario Porro nació en Trenque Lauquen (Provincia de Buenos Aires) en 1921. Desde muy pequeño vivió en La Plata y en City Bell, donde murió en 2001. En 1938 ingresó a Radio Universidad Nacional de La Plata como técnico operador, llegando a ser Jefe de Programas, Director Artístico y Director de la emisora. En 1963 creó, para difundir la poesía, el grupo editor de la revista “Espacios”. Publicó los libros de poemas: “Búsqueda por el amor” (1950); “En amor por el tiempo, el tiempo” (1956); “La vigilia y la roca” (1957); “Entremundo” (1960); “Mundo despierto” (1983); “Sucesión del ser” (1998) y “Tropos” (2000). Dejó un libro de poemas inédito.