Adrián Ferrero, Palabras para Néstor Mux



PALABRAS PARA NÉSTOR MUX

Es hora, viejo amigo,
de que vuelvas al poema como se vuelve al vino
a la sal, al pan y a la virulencia de la vida
O como se regresa a una mujer que se ha amado
cuando nos reprocha
que aún su cama hospitalaria
nos espera
las mieses te aguardan
y una multitud rabiosa
necesita escuchar tu voz amable
que nos empapa de la belleza del mundo
para que canten
las cosas primordiales
y el dolor sea una hierba
que se arranque con más prisa

Septiembre de 2016


(Poema inédito).
Adrián Ferrero (La Plata, 1970). Foto: Jmp. Casa de hornero caída de sauce.


VUELTA A CASA

     Néstor abre el portón de su cochera para que pueda sacar mi auto, antes, un par de horas antes, dice: “Entralo. Afuera está peligroso. Lo pueden robar o hacerle cualquier cosa”. Dejo el bolso y una botella de vino en la puerta de entrada. Néstor, después de mover su auto, para que el portón cierre, lo cierra. Y ahí, nos abrimos, “al charlar”. Reímos de las anécdotas que van apareciendo. Anécdotas de amigos poetas, de personajes de la ciudad, todo bendecido con una de sus especialidades (carne al horno y chorizos, papa hervida con perejil y aceite, ensalada de lechuga y cebolla. Pan. Alanis, tinto, fueron dos los del encuentro). “Hace unos días, un chico me regaló un poema”, dice. Se refiere a Adrián Ferrero y su texto “Palabras para Néstor Mux” que transcribo más arriba. Recordamos la reseña, “Cuando no es posible callar”, que Adrián escribió, en 2005, para el número 1 de la revista El espiniyo. Contamos historias. Algunas posiblemente se acerquen a atisbos de verdad. No importa. No nos burlamos de nadie, en todo caso nos divertimos y reflexionamos sobre nosotros en el mundo. Comento una novela, de un escritor platense. “Sí, la leí”, dice, “un amigo me la dio a leer, está como personaje”. Comento que se la di a leer hace algunos años. “Ah, entonces fuiste vos”. Pero no aparezco como personaje. ¿Te acordás del Anarquista Estatal? “No, no, ¿quién era?” (…).
     Néstor abre el portón de su cochera para que pueda sacar mi auto, poco más de las 14 hs. Vuelvo a casa. A las 14: 30 estoy escribiendo estas palabras.


José María Pallaoro, City Bell, 14: 30 hs., 26 de septiembre de 2016