Gustavo E. Martínez Astorino, La herida perfecta




LA HERIDA PERFECTA

Pero igual quisimos
ver
la herida perfecta
interpretar la aureola
de su escritura
en los altares de las plazas
quisimos darle
un palmo de llanto
que contenga la marca
y tal vez
la furia de todas las olas del sur
ahora danzas amada bailarina
           al fausto convite llamas
aunque no haya
un día como galardón
danzas como las mareas
                               rasas
por la herida perfecta



PETICIÓN

Al águila azul pedí que protegiera las cumbres
Le dije: dame un trozo de tu vasto pecho
para que descubra la llama de los ríos
y el alma herida de las rocas

Le dije: dame de tu plumaje una parte
aquélla que creas tan blanca y ágil
como la morada cabellera de los fríos
y no preguntes por la razón de las cosas

Le dije: dame de las mareas felinas
aquéllas encalladas en tus sueños diurnos
y no olvides acallar las furias

porque de ellas nació el velo de tus ojos
esos ojos que miran hacia una colina de zarzas



PÁJARO-LIRA

Entonces
les conté del pájaro lira
y de aquellas barcas
que zarparon al amanecer

Ya es tarde
para volver atrás
y acariciar la cabellera roja

           por eso
les conté todo
al son de la lira
y camino del río








Selección de textos: José María Pallaoro. Revista de poesía “El espiniyo”, número 2, invierno de 2005. “Trazas de limo”, Vinciguerra, 2003.
Gustavo E. Martínez Astorino (La Plata, 1969).
Foto: Fundación CEPA (Centro de Estudios y Proyectación del Ambiente), 24 de marzo de 2004: José María Pallaoro, Martín Raninqueo, Ana Emilia Lahitte y Gustavo E. Martínez Astorino.