NÉSTOR MUX: El poema es ese pájaro desdichado y luminoso y otros poemas


Selección de poemas del libro “Como quiera que sea”: José María Pallaoro


Identidad

Si la poesía no alcanzara revelaciones
y apenas fuese ademán inconcluso
porque depusimos armas ante el desaliento

la mirada de qué extraño cadáver
quedaría frente a nosotros
brillando en el espejo.


Imposibilidad de la palabra

El poema es ese pájaro desdichado y luminoso
que desde la tierra de nadie de nuestro corazón
atraviesa las infinitas miserias del mundo.

Pájaro de las denuncias y las ásperas maravillas
volando para llevar consuelo a seres
con los que no podremos compartir nuestra mesa
ni el ademán más íntimo, pero que posiblemente
vibren en una misma cuerda de intensidad,
desgracia y plenitud.

Pájaro que cuando las palabras
se nos quedan solo en palabras,
se encierra en el desamparo de nosotros
porque hemos sido rebasados
por eso que nos asfixia o nos levanta
y que se llama vida.


De buena fe

Inundados por la luz o el desacierto de la palabra,
reencontrados por el amor y la alegría,
vituperados por el prójimo más cercano,
acorralados por nuestras furiosas torpezas,
alcanzados por el antojo de la eternidad
o por la justicia del olvido,
pero de buena fe, como única coartada.


Obligaciones

Para que la mediocridad
no gane la insignificancia
de nuestros espacios,
con furia hermosamente inútil
cuidamos que no se seque
el árbol viejo de la luz.


Fuego interior

Como si se tratase de una puerta
hacia la felicidad, aún continuamos
haciendo caso al fuego interior que nos precipita
y caídos o extranjeros o convertidos
en nuestra propia condena
nuevamente ofrecemos un corazón sin excusas.


Razones

Porque nos hemos resistido a sólo
consumir y prosperar como el resto del mundo.
Porque aún guardamos una memoria
para los muertos que adornan, para nadie,
las zanjas de esta cruel ficción llamada patria.
Porque todavía no se nos mezclan del todo
los variados rostros del verdugo
con el único rostro de la criatura humana.
Porque debemos, a nuestro juicio, lealtad a la palabra
y hablamos cada día con mayores silencios
hay en nuestras mesas alcoholes formidables,
ademanes de patética sinceridad
y risas que dejamos escuchar como pedazos de pan
cayendo al fondo, pero sólo mientras tanto.


Flores

La tierra se ha cerrado
detrás de las ventanas.
Los alcoholes se han gastado
como las palabras y ningún cuerpo
busca ahora la música del otro cuerpo
porque dan paso a la tregua de la noche.

Aún así – sin sonidos ni voces –
algo escuchamos que confirma
nuestra manera insensata de estar vivos:

son las flores del pensamiento
creciendo en su altura, sin descanso,
hacia el fondo insomne de nosotros.


El espacio de cada uno

Porque cada hombre
debe continuar reclamándole
a la vida el propio espacio sagrado
que le corresponde desde el principio

probarnos a nosotros mismos
que la campana mutilada
de la razón y la inocencia
continúa volando en medio
de la infinita sordera de la tierra.


La mala conciencia

Cuando nos sentimos
en menos armonía con el mundo
el mundo parece mirarnos
con los ojos de nuestros hijos.
Entonces creemos que el mundo y nosotros
nos preguntamos a quienes pertenece
toda esta gran vergüenza,
mientras ellos – lejos del mundo y de nosotros –
juegan al porvenir sin hacer preguntas.


Aprendizaje

Pasamos eternidades
aprendiendo a vivir,
consumiéndonos
en aproximaciones o aciertos
que hagan de nosotros
seres palpables, conclusos

para aceptar un día
no haber advertido ese sol
que baja en el patio de nuestra casa

y que nos obliga a comenzar, una vez más,
el aprendizaje desde el principio.


Sólo fantasmas

Desde lo más hondo
se van abriendo paso impunemente
hasta instalarse en el centro de nosotros.

Como dulces fieras o ángeles pavorosos
vuelven a recobrar los pedazos de sí,
dejándonos a cambio el oprobio
que les dimos o las maravillas efímeras
que a nuestra vanidad se le antojaron inmortales.

Sólo fantasmas recorriéndonos hasta el final,
para que no olvidemos nunca que nuestras vidas
están construidas también con la memoria,
el estupor y la carne borrosa de esas muertes.


Ella siempre

Con ella naufragamos muchas veces
y combatimos otras tantas
por reconquistar la paz que merecemos.

Con ella nunca dejamos de intentar el cielo
a pesar de saberlo apoyado sobre esta tierra
cada vez más difícil.

Con ella soy, somos y son nuestros hijos,
sin más armas que las que nos da
este profundo e inexorable deseo de vivir.

Con ella, lejos de la melancolía del mundo,
nos perpetuamos en el amor
por esa luz tenue, humilde, pero empecinada
que nos alumbra por dentro y que no quiere apagarse.

de Cómo quiera que sea (1978)

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Néstor Mux: Cuando vinieron las lluvias y otros poemas
Hace 40 años Néstor Mux publicaba “Nosotros en la tierra”.

El poeta nació en La Plata el 22 de octubre de 1945. En
AROMITO lo homenajeamos en el día de su cumpleaños con algunos poemas de “Nosotros en la tierra”.
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Y al llegar la noche...

Y al llegar la noche
nos encontramos con el otro cuerpo,
extendido, húmedo y abierto hacia nosotros
como un pequeño valle de hierba feliz...
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