II
Entonces la noche cualquier lugar es lejos
el tiempo urna desbordada de cucarachas
exilio en himnos entonados por las cañerías
exilio con base en un cenicero triangular
y los restos que la orfandad no pudo ceder
y tanta plata dispersa hipocampos de neón
y demasiado olvido para la palma de una mano
para la vasija resquebrajada del iluso
inocencia donde copula la locura sabia
prostituta
deja deja que ofrende mi córnea a las
estrellas
mi más cara maldición en el reencuentro
fortuito inviolable del musgo en la piedra
en el rostro compacto de raíces y después.
Alguien ha dicho abandono fuga hoja
huele a sexo de virgen el cielo bastardo
o tal vez rumor de fuentes rémoras de magma
o fiebre que late en el bulbo del vicio
o nombre sostenidos por ojos de gato a la
madrugada
lleva esparce multiplica el golpe de puertas
contra la castrada lógica del renacuajo
y así partirán otros murciélagos hacia
tumbas plenas de luz y barro hacia lluvias
incesantes como enigmas irresolutos
dos astros hablan del bronce corrompido
que clausuró la parábola de tierra
y hierba para frecuentar cortinas rendidas.
Profundidad de ojeras cuando la muerte
de la causa no es la muerte del efecto
estampida
de cuervos superpuestos cálices de cuarzo
vino espeso coágulos de la tristeza
paredes con mapas carcomidos de
inadvertencia
bogar bogar entre los residuos de lo que no
fue
los dogmas de la piel como labios abiertos
y rieles de nubes cárdenas que abisman
en la intuición del centro desplazado
quiero quiero la nervadura de una resaca
invicta
para desafiar el choque eléctrico de
terrazas
oscilantes en la fantasía de un cigarrillo
apagado en la húmeda tráquea de las calles.
Alguien ha dicho desnudez sin retorno gota
se prolonga el roce de aire de bahía
entre túneles de árboles niebla cautiva
envuelve despoja de cruces a los perros
mientras estigmas recurrentes parasitan en
los hombres
temor de forzar los candados de la
coherencia
avidez de torres exactas precisas como
arañas
y horas dóciles platos de sopa
para la nostalgia del amanecer imposible
despliega despliega la lepra de tus violines
contra tanto bar clausurado tanta erupción
sofocada
y así sumergir en alturas la cabeza
pedazo de página roída por las ratas.
Entonces la noche cualquier milagro un
ultraje
bello y profundo como corolas de suburbio
mi pulso zanja anegada de inconstancia
entre ruinas de vasos de cerveza al fondo
sucio y claro fondo del percibir
un brote de fuego apertura
un saxo de párpados levedad
un remolino de polen dispersar
y entonces la noche que alguien dijo noche.
V
Un grito atraviesa y permanece
la sed: apología de la sangre revuelta
en espesos torbellinos que hostias oscuras
para resplandor en el borde del peñasco
porque el asesino habla su dolor en su
víctima
quién comprendería esos encendidos
jeroglíficos de la providencia
quién leería el mar en el tajo caracol
violáceo
quién palpitaría en el mismo jadear desmesura
de elegía calcinada
porque
cuánta lumbre sin cauce
cuánta música en la inocencia de pezón descubierto
cuánto perfume de almejas en lo inasible de
pronto
intuyo que la noche justifica cuando se
nombra a sí misma
y extinguir todo rastro del sudario
primigenio
hasta que el sueño se extravíe en cordilleras
transparentes
hasta que la vigilia tropiece con esfinges
insalvables
para renovar la peregrinación compacta de
aves de rapiña recrudecer y escapar cómo.
El asesino moldea el abstracto en fatalidad
tangible
la evasión de un hilera de cipreses que
apuñala garabatos inconclusos
y sublimar el fracaso que funda la pirámide
he sido todo lo que condeno y no obstante
aguavivas en los pómulos desertar
en el color de la cerveza cuando el atardecer
y las respuestas espadas rebeldes a la limpia
ceguera
y el corrosivo supurar de estribillos glebas
antigua alquimia no tener la imaginación
para dejar las cosas como están y no obstante
concebir un museo de colgajos tapices de
artesanos
que se tragan su obra y con ella el viento
el gemido incontestable de malecones vibrar
el abierto desaparecer de viñas en espiral
concebir la identidad que se cumple sólo en
espigas truncas
en albas desparramadas en el vértigo de
oleaje
de cables que cúmulo y eclipse de héroes en
lasciva tortura
concebir el rasgo que distingue
al creador libre creador de las cáscaras de
nuez
a la siega de los rígidos dedos de soberbios
mandatos
concebir la empatía que salvajismo y
destiempo
y palabras repetidas en bocas inéditas
porque la quemadura en la pausa lábil
en los ralos cabellos del alcohol topo
fatigado
porque sólo canta lo que rompe hacia adentro
sólo inspira lo que maldice sus propios
estandartes
y entonces el asesino babea tumores como
sanguijuelas
cumbre de un proyecto que lo punza
somnolencia.
Entre címbalos y valquirias la revelación
como vado
ardua tarea de trocar valvas en moscas
porque el asesino conoce el Puente de las
Mandrágoras
y libaciones que le reservan un pliegue en
el lomo de un gato de callejón noche cripta
porque mesetas de asfódelos como pensamientos
estancos
y regar de ibis el horizonte nulo
porque soy la consecuencia de la negación de
la nada
y palpo el sublime verbo que cenotes y
alondras
el diablo llora dios me envidia el azar
me aplaude tantos badajos partidos en el
campanario en do mayor
litio para purgar la belleza animal tan
testamento escarlata.
Porque la gran obra liberta grajos
que llueven penumbras siempre más arriesgadas
cardúmenes perseverantes nutridos de
parásitos y estar
al abrigo de la desprotección más amplia
por encima de toda ley tributo
condescendencia
porque soy la cisura irreconciliable la
emboscada
donde revientan los polos como vasos de
ginebra
y el asesino sonríe un as de pica y
arroja en el descampado un títere un
manifiesto
sereno como un león satisfecho y continuar
lo que cualquier deidad su propia leyenda
en caracteres sargazos de amanecer a veces
entre el odio y el amor muro de barro y paja.
XIV
EL
OTRO
el que burla cualquier tipo de definición
caracterización y no obstante yo no yo pleamar y cielo en retirada quilla y
viento en la dialéctica de la existencia pacto que carne estremecida por
duraderos relámpagos voz que cercena el hechizo de espigas alineadas hacia el
poniente
VOZ
allí donde los símbolos han perdido su rumbo
y las huellas desobedecen su memoria y verter el vino de los leones en las
jarras del insomnio y alimentar con leche y fe al gato rehén de la aurora
AURORA
racimo de nombres como hierba de ciénaga que
no alcanzan a limpiar el tajo violáceo en la frente de la Noche Blanca y las
campanas de las iglesias y hundir y mi primer recuerdo son alturas encapotadas
bautismo de ácido pulmones como paraguas cerrados el corazón monasterio de
escribas que asientan leyes apócrifas y la palabra “misterio” no me basta
MISTERIO
el Mal como un caballo rebelde que obstruye
la ruta hacia y saber la parábola y balbucear y la hermandad de la rémora con
el tiburón y el Otro que retorcer y alas de peñasco
EL
OTRO
el que burla cualquier tipo de definición
caracterización y no obstante yo no yo indigente en los prostíbulos de mi
historia profundo satélite que domina el vacío encrespado cadena de erupciones
que arrasadas aldeas como lunares lluvia sobre las cúpulas de hojas secas de
las certezas
LLUVIA
¿a quién confiarle el magma de mis miedos
los yacimientos de musgo sobre los que se estructura mi religión en constante
zozobra religión de pájaros furtivos y aire viciado y plantas inclinadas y
manos como hocicos de hiena?
ZOZOBRA
para aspirar a la lucidez ir de un estado de
confusión a otro de confusión todavía mayor para esculpir en mármol el fracaso
intransferible que el fuego perdone las entrañas y agotar que escape la
comadreja entre los silbidos del sol y permanecer que las ciudades se asqueen
en el olor de los perros sarnosos y transigir que la marea se detenga en las
rodillas de los dioses y malograr
DIOSES
náusea vuelta hacia sí misma insultan su
linaje redactan dogmas sellan las bodegas del Conocimiento hipócritas contra el
Libre Placer Desordenado y la abundancia se cumple en lo mínimo desparramadas
lámparas del universo autista
UNIVERSO
criadero de paradojas perdurables y
terribles estoy dentro estoy afuera en mi clan figuran el sol la luna las
estrellas todavía inadvertidas el sueño denso imperturbable de los agujeros
negros y cada brillo extinción movimiento estatismo y la tierra que sobrevuelo
y el mar que surco sin dejar estela y cada forma de existencia cada proyecto
cumplido cada viaje abortado y sin embargo este interior que se afirma a sí
mismo y en su negación de todo lo demás interior afuera un dios enfermizo que
conduce su barca sobre las simas de la Nada
NADA
porque las costras removidas no segregan el
ámbar de la Sabiduría y los escudos de tabaco y gin no bastan ante las primeras
flechas del invierno y las catedrales derribadas por la deserción de
murciélagos y yo tendido el Otro respirando lo que me queda de jardines
nocturnos piano tristeza balcón y enredadera
EL
OTRO
el que burla cualquier tipo de definición
caracterización y no obstante yo no yo pistilo ondeado por la brisa página
ardiendo en la hojarasca del atardecer ventisca agitando las barcazas del
porvenir martillo haciendo polvo común de la realidad y la mitología de la
noche
REALIDAD
sólo permanece en mí lo que huye más allá de
los nombres del pasto aplastado por la Eterna Rueda del azar como mordedura de
alimaña de la lógica que claustro y para qué y estar al amparo de mi espejismo
debajo de gruesas capas de granito quién soy
QUIÉN
si mi pulso desmiente a mi corazón si mi
corazón no puede con mi sangre aquel niño agobiado que acabó haciendo suyas las
Torturas Prometidas que luego desafió con vorágine de tridentes de barro sólido
y ahora
AHORA
confusión para estar permeable a cada
semilla cada palabra pronunciada por el estallido de las córneas de la locura
cada sistema de poleas jamás llegará a saciarme cada horizonte propuesto por el
olvido única forma de la eternidad
ETERNIDAD
quédate con ella Dios de los que te veneran
de los que te niegan de los que te profesan una obstinada indiferencia déjame
disfrutar este banquete de bayas amargas y corderos de jugosa grasa y vinos que
desbordan los malecones de lo previsible y tanto arroyo nítido subiendo las
montañas erguidas de luz y tanto pantano condenando la Inocencia y tanto
acierto la tierra plena de rupturas y puentes y tanto error el reclamo por las
decapitadas estatuas de yeso del absoluto y planear y morir definitivamente en
las colmenas de septiembre
MORIR
perder la identidad particular para ser el
Todo la lluvia que no da tregua a las alcantarillas el pájaro que trae leyendas
sepultadas la ruta que hace toser al crepúsculo el hombre en la mina de carbón
el hombre en la cresta de su exilio el bosque que impregna con el olor de los
árboles invictos el mar que arrastra y devuelve Mar de los Comienzos grutas que
testimonian las edades recurrentes el desierto rojizo bajo cielos rojizos la
ciudad recorrida por ilegibles papeles de diario el sol como brasa de
cigarrillo la luna con su duende macabro y alegría en el crepitar de las
langostas y angustia cuando mudan las estaciones y altura a través de los
trenes sabios trenes con su cargamento de trigo y aun así los perturbadores
acordes del Otro que compone su incorruptible sinfonía fuera del espacio fuera
del tiempo
EL
OTRO
el que burla cualquier tipo de definición
caracterización y no obstante yo no yo negación que escalones hacia lo
Impronunciable.
Mayo de 2012- Abril de 2013
Diome
Ángela Gentile, en La Plata un día de julio de 2018.
En
Mitología de la noche, Editorial Detodoslosmares,
Capilla del Monte, Córdoba, 2018.
Leandro
López (La Plata, 14 de abril de 1978). Foto: Jmp
No hay comentarios:
Publicar un comentario