Prólogo necesario
Con la palabra hay
que ser cruel cínico, maltratarla.
No concederle la
caricia que te convertirá en su esclavo.
Si la has creado
impíamente para que te sirva
¿a qué vienen ahora
estas debilidades de eunuco?
En la mano derecha
la pluma,
en la izquierda el
látigo.
No le dejes
levantar cabeza,
porque estarás
perdido.
Cuentas claras
Un día más es un
día menos.
Es decir,
que cada día es más
y cada día mes
menos.
Por ende,
no hay suma que no
reste,
no hay resta que no
sume.
Queda,
limpio como una
aventura,
el día.
1984
Es imprescindible
cierta práctica de la medicina.
Treinta y siete
hombres y tres mujeres aspiran a verdugo en N. J.
Algunos tienen
diplomas universitarios.
Sólo cuatro serán
los afortunados.
Actuarán en pareja.
Cada uno aplicará
su inyección al condenado a muerte.
Sólo una contendrá
la sustancia letal.
Por la noche besan
a sus hijos y los cubren
con una manta más
porque ya ha comenzado
el invierno.
Cosas en su lugar
El régimen ordenó
degollarlo
legal y dignamente
por escribir versos
inarmónicos
y alentar contra
nuestro modo cristiano
de vida.
Hoy tres estudiosos
demuelen sus palabras
descuartizan sus
textos diseccionan sílabas
para demostrar la
armonía de sus versos
y su modo cristiano
de vida.
Vuelven a
asesinarlo.
Esta vez
ilegal e
indignamente.
Comedia de equívocos
Durante meses
ensayan la obra
revolucionaria.
Han elegido una
sala de los suburbios.
Ningún obrero debe
faltar.
La victoria está
cerca
se lee en la
pancarta.
La lluvia golpea
con fuerza
el fatigado techo
de zinc.
Hace dos horas que
estamos aquí.
No tiene sentido
seguir esperando.
La función se
suspende por falta de
público.
Rock duro
En los últimos
tiempos decido ocuparme
de la música
moderna (todo aprendizaje es difícil).
Asisto a un local
nocturno.
En las alturas (no
lo distingo bien)
un joven dios
manipula extraños aparatos
que producen
sonidos enormes.
Abajo
otros jóvenes
(¿nuevos ángeles?)
callados se agitan
sin cesar.
Algunos tienen
crestas azules, verdes, doradas.
Luces de titilantes
colores me hacen perder el paso.
Siento la necesidad
de pronunciar una palabra.
Cualquiera.
Imposible.
Si lo hago soy
hombre muerto.
Vigilia
Es fácil con el largo vino perder la cabeza
Es fácil con el largo vino perder la cabeza
y la memoria.
Recuperar con el
largo vino la cabeza
y la memoria inexistentes.
Es fácil la
ausencia, el arrebato, el olvido.
Y qué no decir de los cuerpos que inventa
Y qué no decir de los cuerpos que inventa
el vino o la oscuridad.
Naturalmente,
menos cuerpo y
menos invento
que la piel que te
espera.
Hay que hacer el amor con los ojos bien abiertos.
Hay que hacer el amor con los ojos bien abiertos.
Mariposa de noche
La miro girar
solitaria y alocada en torno a mi lámpara.
Me distrae y me
impide tomar la pluma.
Hoy ha nacido y hoy
morirá
ajena a cuanto me
sucede.
Soy el único
testigo de su vida.
Cada tanto hace una
pausa como si quisiera
posarse sobre mis
papeles
pero desconfía.
Tengo medios
eficaces para abreviar
su única jornada
Nada y todo nos une
en esta triste noche mía.
Renuncio a la pluma
para contarle
cuanto contaría en
el poema.
Pero ella no se
distrae y sigue girando,
ajena y alegre,
en esta única noche
suya en que estoy solo
y quisiera girar en
torno a mi lámpara
Buenas maneras
Parte de nuestra
riqueza se nos fue en
medallas
recordatorias trofeos alusivos
dádivas ocasionales
para vivos y muertos.
Nuestro tiempo no
tuvo mejor suerte.
Los minutos de
silencio se fueron multiplicando
hasta hacerse años.
La piel se nos ajó
de tanta sonrisa o
contracción solemne.
¿Quién sabe cuánto
costó el educado gesto
de dolor o alegría?
Poca riqueza poco
tiempo poca piel nos fue quedando.
Las lápidas se
obstinarán en decir que hemos vivido.
Descubrimiento
Cuenta el Inca que
las profecías sobre el arribo del dios blanco
no incluían el
asombro.
En otras latitudes,
el mismo Colón se había asombrado de encontrar indios buenos, aunque ya
figuraban en sus profecías.
Concluido el primer
intercambio de asombros,
empezó la lucha.
Apuntes de infancia
En mi Ensenada
natal el aire se ha enrarecido.
Ya no hay libélulas
ni mariposas.
Es una venganza, dice
el niño que aún me habita
Estamos en tiempos
ya lejanos y el campo se colma de mistos, libélulas, mariposas.
Nadie puede ver a
dos dedos de sus narices.
El tren de La Plata
supera con paciencia centímetro tras centímetro.
Libélulas y
mariposas se hacen grasa bajo la rueda de la locomotora, que comienzan a girar
en el vacío.
Humillada, la
enorme mole de hierro se resigna a aguardar el atardecer cuando la miríada de libélulas
y mariposas sobrevivientes
se retiran a
reposar.
Canción popular
Es bello ver
marchar a los jóvenes, con ese brillo especial
en los ojos y esa
audacia de porvenir.
Entonan himnos
proféticos, cantos insolentes o, si lo quieres
marchas
vegetarianas.
Algunos son futuros
héroes, otros futuros santos.
Entre tanta
algarabía y cantos, lo más difícil es reconocer a los
verdugos.
Duermes sobre un cuerpo de mujer…
Duermes sobre un
cuerpo de mujer.
Es como un lecho
infinito, único en el tiempo y en el espacio.
No hay otro debajo.
Sabes con certeza,
además, aunque tengas la cabeza un poco trastornada, que no se trata de una
levitación.
Sientes como que te
sobran los pies.
O no te alcanzan
los pies ni la cabeza.
Es (esto sí lo
sabes bien) el único lecho del que querrías salir
entero.
…
Algún precio hay
que pagar.
Selección
de textos: Jmp. Referencia para cotejar diferentes versiones, los libros:
“Cortar por lo sano” (antología, Tierra Firme, 1987) y “Antología poética”
(FNA, 1996).
Foto:
Octavio Prenz y José María Pallaoro, Universidad de Trieste, Italia, mayo de
2013.
Archivo de la talita dorada.
Juan
Octavio Prenz nació en La Plata en 1932. Vivió en Belgrado entre 1962 y
1967. Reside en Trieste, Italia, desde 1975. Ha desarrollado una importante
labor como traductor al castellano de la poesía yugoslava. Publicó numerosos
trabajos críticos sobre literatura hispanoamericana y la literatura comparada.
Entre otros, publicó los libros: Cuentas claras, Apuntes de historia,
Habladurías del Nuevo Mundo, Cortar por lo sano, Antología poética, etc.
“El mundo es un lugar muy extraño, pero acá estamos…”
2 comentarios:
Acabo de descubrir a un poeta que me asombró por la sencillez, transparencia y contundencia de sus obras: pequeñas joyas que no se leen más que excepcionalmente en este territorio artístico. Ya con esta blableta digo infinitamente menos de lo que Prenz afirma en un solo poema y qu realmente merece. Indudablemente, me pega como Roberto Themis Speroni o Porro, quienes tan distantes en sus composiciones y estilos son dos creadores que "invitan" a tentarse en comenzar algun sonetillo o algun pequeño cuarteto que me sea dado. Lo felicito porque este poeta es ENORMEMENTE IMPORTANTE PARA NUESTRA PATRIA OSCURECIENTE. Hace a la memoria, reconstruye el presente y se abre al futuro.
Juan Octavio Prenz un escritor y persona de la cultura para no ser olvidado, no lo olvido y agradezco su presencia en mi vida...
Sergio Zago (desde Jujuy, Argentina)
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