ÚLTIMOS DÍAS DE MARZO
Techos incendiados regalan
su salvaje amarillo
al esqueleto de las hojas
cae el otoño a mi ventana
como un íntimo resguardo
en la habitación sorprendida
del verano
EL ALTAR DE LAS AVES
Un cementerio de plumas
templo lunar que se levanta
en los dedos del acantilado
cortina leve
colmenar donde los pájaros
dejan las últimas caricias
he guardado como ellos
mis alas en las piedras.
DISTANCIAMIENTOS DE LILITH
DESPUÉS DEL PARAÍSO
En el secreto del sueño
aspiro finalmente
su desvaído canto de verano
al descubrir alguna escena
en que volvías
con un rastrillo a despeinar
mis lágrimas.
ALTERACIÓN DE LA LLUVIA
¿No se esperaban sus pisadas
en el arenero?
Como señuelos que buscan sus
raíces
o langostas peleando por un
hilo de cereal
vienen a poseerme las muecas
de la lluvia
colmenas inundadas, por los
dedos de la destrucción.
ALMENDRAS EN UN POZO
Avanzábamos por la costa
no nos detuvo el viento
soga deshilachándonos los
brazos.
La oscuridad me devuelve
una lastimadura de almendras
guardadas en un pozo.
MODOS DE EJECUTAR UN BLUE
Tienes miedo de entrar
y que tu voz retenga mis
suspiros y no sepa
los modos de ejecutar un
blue sin disonancias.
A veces siento que tus
huellas me penetran
ellas traen noticias tuyas
que pueden dejar mi habitación
a oscuras
porque sólo tus manos la
iluminan
si desplazas tu sombra sobre
mi puerta abierta.
SALOMÉ, LOU
No el poeta de las elegías,
ni un filósofo con su lámpara
ni un filósofo con su lámpara
–la verdad estaba en otra
parte, Lou–.
Tu don de intimidar con las
heridas
puso alguna flor en la
cabeza del Bautista…
que ahora rueda a quienes
buscan
Ver la tuya entre sus
brazos.
ESPUMA EN EL TABLÓN
DEL EMBARCADERO
Tenías cubierta de hombre
razones de la niebla de mar
que se volvió espuma
en el tablón del
embarcadero.
Resplandor de las cosas
soñadas
quejido entre cortinas…
todos quieren saber de dónde
vienes.
TRAMPA DE LETRAS
He soltado los tigres pero
ahora se vuelven contra mí.
Ese podría ser el comienzo
del relato.
Pero, es inútil volver por
el camino
de la poesía al sueño
si la palabra no revela una
verdad.
ÁRBOL ARDIENTE
Algo nos hace admirar a los
ojos del búho
como ellos se encendieron
nuestros cuerpos
en sabiduría y toda la casa
fue un árbol ardiente.
Huele sin culpa tanta madera
gastada en el naufragio
las hogueras de otoño
entibiarán igual,
aunque ya no nos nombren
oficiantes del fuego.
María del
Rosario Tabárez (Buenos Aires, 1945).
Profesora de Historia. Reside en La Plata.
Profesora de Historia. Reside en La Plata.
Selección de
textos: Jmp.
Libros: “Cangrejos azules” (1985), “Escala en el jardín de las delicias” (1988)
Libros: “Cangrejos azules” (1985), “Escala en el jardín de las delicias” (1988)
y “Cuerda cortada” (1995).
Foto: Jmp. Contratapa
“Cangrejos azules”.
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