Damián Jerónimo Andreñuk, Hacia el reclamo plañidero de todos los hambrientos


MÚSICA Y OFRENDA

Un día a la vez y todos y todas en hileras
los grises ejércitos urbanos cumplen con el miedo
cuando la humanidad vale un bostezo y una lágrima.
Cada día es un ahora que se estira
en la medición equivocada que es el tiempo
y yo una música una ofrenda para nadie
cuando la más compleja trama entre lo permanente
y lo fugaz y lo inefable.


ELLA LUZ BLANCA

Corazones como el suyo
hacen que las flores
crezcan (para una flor una persona es importante).
Ella luz blanca permanente dentro de una forma, ella tambor
de luz, levedad que cuelga del rocío en elegancia
de espada, sudor tibio en verano de sexo con cariño, lluvia frutal,
ternura de animal pacificado descendido del aire.
Ella reverso de mi más lenta ceniza, de mi óxido gris,
de mi río de árboles ardiendo, del niño
ultrajado debajo de mi barba, de mi íntima tristeza
que pesa como el karma, de una vida que duele por sentirla tanto.


BELLEZA VACUA

Ella sosiega los relojes
con su elegante encanto
          de cajita musical.

Ella no adhiere
a lo ilusorio.
Ella no exhibe una belleza vacua
                       de inútil poderío
(belleza es mucho más que meras proporciones).

Ella irradia suavemente
el violentísimo fulgor
                           de lo que nunca muere.


LLAGAS EN ERUPCIÓN

Brindar con vasos colmados de un vino demasiado rojo.
Barrotes, llagas en erupción, aislamiento.
La tristeza y sus colmillos que desgarran cuerpo y piel.
La piel sabe a tiempo y a olvido y nadie puede habitarla.
Y este planeta exhausto, sin brotes, sin compasión
                hacia el reclamo plañidero de todos los hambrientos.


ANGÉLICA

Angélica
y su luz convulsa
detrás de la belleza.
Angélica y su gracia
tatuando los espíritus.
Angélica y su reino
borracha de inocencia.

Y cuando el tiempo
haga estragos en sus manos,
cuando se desvanezca su sueño de muñecas;
cuando conciba el hondo grito de la oscuridad
                          y su otro sol sin esperanza,
cuando le llegue el desencanto gris
de todo lo que ha sido una ilusión
                           en esta tierra devastada;
cuando inaugure su batalla de cristales
                                                rotos
contra los dueños del viento,
cuando no tenga otra opción
que incorporarse a la sabiduría silenciosa
                                        de las piedras;
cuando el portal pacífico de la vejez
quizá la vuelva prisionera
   acaso entonces,
   más que nunca,
   el incorpóreo,
      el cálido esplendor
             de Angélica.


Selección de textos: Jmp.
En: “Silencio de crisálidas”, Ediciones Literarte, cuadernillo de 25 ejemplares, primera edición, enero de 2015.
Damián Jerónimo Andreñuk (City Bell, 1986). Profesor en Letras residente en Villa Elisa.
Foto: Angelina Jolie, por el simple gusto de verla, nada más.

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