LA HERIDA PERFECTA
Pero igual quisimos
ver
la herida perfecta
interpretar la
aureola
de su escritura
en los altares de
las plazas
quisimos darle
un palmo de llanto
que contenga la
marca
y tal vez
la furia de todas
las olas del sur
ahora danzas amada bailarina
al fausto convite llamas
aunque no haya
un día como galardón
danzas como las
mareas
rasas
por la herida
perfecta
PETICIÓN
Al águila azul pedí
que protegiera las cumbres
Le dije: dame un
trozo de tu vasto pecho
para que descubra
la llama de los ríos
y el alma herida de
las rocas
Le dije: dame de tu
plumaje una parte
aquélla que creas
tan blanca y ágil
como la morada
cabellera de los fríos
y no preguntes por
la razón de las cosas
Le dije: dame de
las mareas felinas
aquéllas encalladas
en tus sueños diurnos
y no olvides
acallar las furias
porque de ellas
nació el velo de tus ojos
esos ojos que miran
hacia una colina de zarzas
PÁJARO-LIRA
Entonces
les conté del
pájaro lira
y de aquellas
barcas
que zarparon al
amanecer
Ya es tarde
para volver atrás
y acariciar la
cabellera roja
por eso
les conté todo
al son de la lira
y camino del río
Selección
de textos: José María Pallaoro. Revista de poesía “El espiniyo”, número 2,
invierno de 2005. “Trazas de limo”, Vinciguerra, 2003.
Gustavo
E. Martínez Astorino (La Plata, 1969).
Foto: Fundación CEPA
(Centro de Estudios y Proyectación del Ambiente), 24 de marzo de 2004: José María
Pallaoro, Martín Raninqueo, Ana Emilia Lahitte y Gustavo E. Martínez Astorino.
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