EDUARDO PEREYRA ROSSI Convoco a los que todos los días se levantan (2)




CONVOCATORIA

Convoco a los que todos los días se levantan 
y salen a yugarla por migajas que no alcanzan,
a que se rebelen.
 
Convoco a los que todos los días vacilan en ir o no ir
al templo que envejece los corazones.
 
Convoco a los que caminan sin rumbo en una tarde cualquiera,
buscando una razón.
 
Convoco a los pacíficos que no están cumpliendo con su deber
a pesar de sus buenas intenciones.
 
Convoco a los que no comen lo suficiente
ni se abrigan lo necesario
y tienen sed torrencial.
 
Convoco a los pequeños de ambiciones que dejan a los demás
ambicionar más de la cuenta.
 
Los convoco a dar vuelta el pulóver, a pegarle al prepotente 
y a escupir en la cara a los que no han sido convocados.
 
Los convoco a romper lo que no sirve,
a perpetrar los robos necesarios,
y a recuperar lo perdido.
 
Los convoco a cagarse en el miedo y patear las puertas 
Donde encerrados están los condenados.
Los convoco a abrir las cárceles, a ventilar las tumbas 
y a levantar las calaveras de los hermanos heridos de muerte.
 
Los convoco a abrazarse en las plazas del país,
a escribir los muros, y a fusilar a los fusiladores.
Los convoco a no atar nada, sino a despedazar las cadenas.
 
Los convoco a agitar banderas y colores
y correr liberados por las calles
y por los campos húmedos de rocío.
 
Los convoco a ser sinceros, a putear a los hijos de puta,
a desobedecer al tirano, a amar sin límites y a odiar.
Y si, a esa convocatoria por impolítica no concurre nadie,
¡Mala leche! Quedan entonces convocados
al entierro de la vida del que tuvo ésta pésima idea.
 
Si a ésta convocatoria vienen algunos,
pero no todos los convocados,
no importa, en la próxima seremos más.
Y si a esta convocatoria, vienen todos los convocados,
la cordura habrá invadido en Revolución
nuestro país para siempre.


EL PARAGUAS OLVIDADO 

la nube de gas la envolvía 
con gotas de lluvia 
cuando agitaba la bandera 

corrió 
miles corrieron 
con ella 
libres 
perseguidos por el pasto 
mientras el barro se quedaba con los zapatos 
y ninguna otra cosa apreciable 

aparecieron los cascos de acero 
las capas verde pálido 
y las bayonetas caladas en hilera 

cara contra cara 
voluntad contra voluntad 
llovía 
un pecho se abrió en sacrificio 
y otros siguieron el ejemplo del primero 
siempre hay un primero 
anónimo 
después las celebridades 

nunca existió tanto silencio 
o tal vez sí 
y pudo más ese pecho abierto 
pudo más la camisa en el sueño 
mojándose 
pudieron más los ojos buenos 
y los que venían atrás se hundieron 
en el río sucio 
de la Matanza 
y salieron limpios a la vida 
con un paraguas olvidado 
en la orilla 
porque ya no servía para nada.


OBSTÁCULOS

patear las piedras de la somnolencia 
patear 
las puertas que separan más de la cuenta 
a vos de mí 
a él de aquél 
a ellos de todo lo necesario 
patear los culos maltrechos 
patear 
a los santos que no existen 
todavía 
patear 
la inmundicia y desparramarla 
y que la paz 
bendita sea 
sea 
después que hayamos pateado 
al último custodio de la infamia 
que arrepentido clamará clemencia 
y no será escuchado 
porque no valdrá la pena desperdiciar la alegría 

un solo segundo 

de ese día 
ni de la noche que lo sobrevendrá 
inundados por el trabajo 
a la partera 

de cada barrio 
de cada pueblo 
de cada ciudad 
de cada corazón 

de la historia. 
 

SEGUNDO ENCUENTRO

el Sordo me lleva conversando 
hasta la parra madura de su patio de enero 
montado en las abejas y las moscas 
mientras los chicos juegan con nosotros 

ella se hace esperar de su viaje peligroso 
porque en definitiva no la esperaba 
tan hermosa 
llegando 
le pude regalar en poco tiempo 
una película 
besos de despedida 
una guitarra vieja y noble 
una ternura compartida en la estación de Ramos Mejía 
y una cita solitaria en Floresta 
que duró hora y media 
y a la que ella no podía llegar 
a pesar de que saltó por los techos 
por muros tremendamente altos 
y el tiro final 
me pudo contar en minutos robados 
la historia de sus días 
mientras sus ojos grandes 
su cuerpo infinitamente delgado para siempre 
aprisionaban con amor 
mi corazón acaracolado. 


ARCOIRIS

sueño con los años venideros 
los que pasaron los viví 
y tengo mis derechos encerrados 
en frágiles noches 
y en sólidos días 

busco en el pasado las historias 
las del futuro otros las buscarán 
y encuentro 
y vuelvo a encontrar 
las claves que descifran 
mensajes dentro de botellas 
que flotan a la deriva 
en estos días 

y en estos días de planes 
hago y deshago 
dejo crecer 
riego y escarbo solo en macetas 
y cuando una flor cualquiera 
se abre 
desentierro y vuelvo a la vida 
a todos los que abonaron la tierra 
y transitaron el asfalto 
y aunque vendados y torturados 
desnudos y famélicos 
lacerados y mutilados 
hicieron el milagro 
de levantarse y echarse a andar 
sin muletas 
sin cordones en los zapatos 
sin cinturones 
sin dinero 
sin noticias 
sin anestesia 
con dolor 
con picanas sorpresivas 
con interrogadores sin respuesta 
y por eso 
a pesar de todo 
nos toman de la mano 
y comparten su pan 
a pleno sol 
hoy. 


LA DE HERNÁN

Al compañero Horacio Mendizábal 

pechos del cielo 
ojos de la madrugada 
manos que luchan sin pedir nada 
sólo una cosa de pocas piden 
y es otra vida pa´ hacer los mismo 

la pucha digo 
qué lindo es eso 
pa´ hacer lo mismo 

ya va naciendo 
la madrugada 
lo está esperando una emboscada 
y ellos no saben que no se rinde 
que no se entrega que no les dice 
que con las balas Hernán se agranda 
y al otro día les aparece 
con otros hombres que le obedecen 

la pucha digo 
qué lindo es eso 
que le obedecen 
ya va saliendo de la emboscada 
su mano esgrime una granada 
y ellos no saben que cuando estalle 
saldrán millones a andar las calles 
y una granada ya no los para 
a esos millones pechos de cielo 

la pucha digo 
qué lindo es eso 
no arrepentirse 
seguir lo mismo 
pechos de cielo. 


EMBOSCADO

lo tumbó el asombro 
a lo lejos gritos y fuego
hundió sus dedos en el asfalto 
ardiente del verano 

vació sus bolsillos por el camino
regalando monedas a las ventanas
de la casa rosada 
a lo lejos gritos y fuego

desnudó sus pies 
las zapatillas quedaron sin saber 
dónde ir 
mientras las fotos lo transportaban 
por el mundo 
y a lo lejos 
y tumbado 
silbó por última vez 
a las estrellas. 


VOLVIENDO EN EL 136

viene durmiendo en el micro 
de las siete 
y su cabeza rebota contra 
la ventanilla 
mientras los negocios y la gente 
se esfuman en los ojos cansados 

golpea la cabeza 
en cada bache 
y las esquinas iluminan 
al pasar 
su regreso 
su barba crecida 
su poco tiempo 
con el boleto 
que desde las manos cae al suelo 
sobre otros sueños transportados 

y le nacen 
también 
palabras 
otros idiomas 
gestos 
vinos 
amores 
y como persevera 
hasta una hija que tiene los años de ella 
le nació 
en esta historia al revés 
que es la historia de muchos 
en realidad 
que de contramano 
se niega a transitar caminos que no hicieron 
y prefiern los senderos abiertos 
por sus propios pies 
inquietos caracoles lentos 
que desembarcan cuando y como 
se les canta 
sobre las olas 
en medio de la espuma.


ANTE POSIBLES DISTORSIONES 

queremos dejar testimonio 
que vivimos 
que somos 
que las luchas de nuestros pueblos hermanos 
no nos son ajenas 
y que integrados en abrazos sin mucha tecnología 
son nuestras poesías rústicas 

queremos dejar testimonio 
que somos tiempo 
palabra 
acción 
desordenada acción 
lo demás es verso 
en horas de alumbramientos colectivos 

queremos dejar testimonio 
sin levantar templos 
que el día de mañana sean ruinas a visitar 
para que de esta manera nuestro testimonio 
no sea distorsionado 
y se siga rebelando.


LAS PALABRAS NO SE TOCAN

hay días que no se empardan 
con tu abrazo 
ni con las palabras que no se tocan 
y decís mal desde el principio
acariciás y rompés el jarrón 
o la botella de vino
que se desparrama 
sin haber mojado un solo labio 
y sin haber regado dulcemente
el corazón 
del amigo 
del compañero 
y en esos días escasos 
aprisionás el error entre las manos 
y no queda otra 
que sangrar el puño en la pared 
me cacho en dié.


En Poemas del Carlón, Secretaría de DDHH del Movimiento Evita, (s.f). Foto: Jmp
Eduardo Pereyra Rossi, “Carlón”, nació en La Plata el 19 de enero de 1950. Fue secuestrado por una patota parapolicial, junto a Osvaldo Cambiasso, del bar Magnum de la ciudad de Rosario, el 14 de abril de 1983. Sus cuerpos fueron encontrados tres días después en la localidad de Zárate. La dictadura cívico-militar “informó” que fueron “abatidos en un enfrentamiento” con la policía.
Más poemas de Eduardo Pereyra Rossi en POESÍA LA PLATA (parte 1) y en POESÍA Y POLÍTICA