20
Intento
a veces…
escribir en versos,
escribir
mis versos
calientes
de
espera.
Transcribir
intactas
mis
excitaciones.
Las palpables
muestras
de mis
negligencias
afloran entonces
y
caigo en
despliegues
azarosos
de
incoherencias.
Busco en mi
intención.
Palpo
en mi
inconsistencia.
No
existen
no
emergen
no
quedan.
Abandono el lápiz.
Naufrago.
Me
llevan.
22
Acaricio un clima
desgastado
por el
tiempo
y
me anochezco
en lo
incoherente
de la
espera.
Mas no gradúo
mi dosis
de aprehenderte.
Pertenezco
al planeta de lo
incorporal
lo
intransitable
y,
sin embargo,
he ahí lo tremendo:
me sé
humana.
23
Adentro
del vaso
el hielo cruje
embebido por el
whisky.
Detrás del vidrio
mis ojos
embeben
el gris del cielo
el gris
del agua
del
Río de La Plata.
Yo
palpo
a
tientas
mi
desconcierto.
Trato
de
adecuar
en mis manos
el calor de mis
venas,
y
adormezco
la
espera.
31
Quiero
reivindicarme
conmigo.
Desnudarme
de las ropas
del tiempo
de la vida.
Tenderme de cara al
cielo
y, así,
implorar a la
naturaleza
por una
lluvia
azul
y
rosa
que me penetre
íntegra
hasta impregnar mis
huesos.
Limpiarme
en el azul.
Hundirme
en la maleza.
Saciarme
entre las hierbas
con un baño de sol
y
otro de luna.
Luego
volver a lo
terrestre.
No desertar
del hombre.
A él pertenezco
y
si a él me integro
como ahora pienso
renaceré
en
libertad.
Selección
de textos: Andrea Suárez Córica.
Luisa Marta Córica
nació en la ciudad de La Plata el 26 de agosto de 1944. Estudiante de Filosofía
y militante de la JUP (Juventud Universitaria Peronista). Trabajó como brazal
en el hipódromo platense, siendo delegada del Sindicato de Empleados por
Reunión. El 7 de abril de 1975 es secuestrada en la estación de trenes de su
ciudad natal y asesinada por integrantes de la CNU (Concentración Nacional
Universitaria). Su cuerpo fue encontrado en Los Talas, partido de Berisso. Tuvo
tres hijos: Ariel, Andrea y Cristian.
Imágenes. Archivo de la talita dorada.