El bebé
Día 1
Salimos. Un sol nos
calcina las rodillas. Con una bolsa de arpillera y un atado de papeles para los
trazos de la pequeña nos encaminamos a la salida. Ella quiere conocer la casa
de los gatos que durante dos años vio perfilar los techos y le gustaría
llevarse las flores y el colibrí. Le explico que habrá otras flores y
seguramente otro colibrí. Para ella es el único.
Día 145
las chicharras
suenan como seres de carne blanda a las que les estuvieran arrancando las uñas.
Yo te convenzo, es necesario cortárselas con cierta regularidad; nos despedimos
de las tías y nos lanzamos
con poca ropa a la
ruta, destempladas nos comemos las cutículas y vos te mirás nuevamente las uñas
y me decís -no.
Día 222
Ya somos tres.
Llevamos lo necesario para el inicio del otoño. Los bulbos laten entre terrones
de humus y los escarabajos depositan quitina en la cuna de los bulbos que
engendran las palabras de la futura primavera. Tenemos algunas latas de miel y
en el sótano el cadáver de un jabalí. Haremos lonjas a la sal en grano y licor
de naranjas. Hoy he fileteado ajo para condimentar tu carne y me he rebanado la
yema del dedo anular, en el que no he querido ponerme una alianza. ¿Para qué?
Si ya estamos unidos hasta la muerte. Tenemos una hija que nos está
alfabetizando en esto de la humanidad, claro, a mí me cuesta más que a vos
porque yo tengo la cabeza llena de voces que me deletrean enigmas, me destrozan
lo que soy y me reprochan lo que pude haber sido.
Día 504
Los trazos me dicen
que no escriba más cosas feas. Escribir cosas feas hace que esas cosas se
materialicen. Y la vida sea fea. Si una es mala retorna lo malo. Si uno miente
Dios lo castiga. Yo siempre quise ser una buena chica. Mis trazos son
pesimistas, no tengo sentido orgánico de la vida. Tal vez sea virgen. Qué sé
yo. (…)
Apuntes-
(…)
Un
grillo te sorprende. Es la primera intuición de dios. Todo es posible para vos.
Por eso te traje al mundo el 21 de abril. Te convoqué desde las aristas de la
biblioteca y te prometí un lago de dulce de leche.
Mientras
descargo estas ideitas tontas la tos no me deja hablar. Y una explosión en el
lecho del mar de Bering me preocupa porque quiero llevarte a navegar con los
Aleutas, buena gente canoera. Le dije a tu papá -dale qué vamos a esperar
tenemos que tenerla ya, sino nos agarra la vejez...
Cuando sea el momento de irte andate nomás no te quedes esperando a que
yo te diga lo que podés hacer seguramente trataré de replicarme en vos y será
injusto y doloroso desalojarme de tu cuerpo. Por eso cuando detectés la
voracidad, agarrá Minna y andate a buen resguardo para que mis manos no lleguen
a tu garganta. Si llegara a tocar, sólo tocarte en algún momento de esos, el
daño sería irreparable y aparecerías de repente con ideas raras en tu cabeza
como si te hubiera inyectado un sueño extraño; para que lo entiendas de una
vez, la especie se reproduce así: no basta con la fusión de mi sangre y la de
tu padre, luego de la codificación genotípica, el cuerpo de los donantes
requerirá mínima reparación. Se instala la sensación de que se ha perdido algo
valioso y se desencadena una pulsión irrefrenable muchas veces, la misma muerte
se encarga de aplacar la desesperación, cumplo en informar.
Ahora que estamos separadas y en calma, respiremos todo el aire que nos
guste que puedo contarte este cuento y algunos más.
Día 480
La velocidad de
pensamiento mi amor es como la luz y filosas las ideas penden de tu aorta que
bombea aguas salobres y nos inunda de calma cuando hay que contar cuentos para
hacer que estamos en paz y nos queremos. Un animalejo carnívoro nos hociquea
los muslos y libera la feromona que te enloquece. Te digo que es invierno que el
frío no da ganas pero nos succionamos el lomo, las mamas, los dientes como
paletas dulces. Y el pensamiento mi amor que es veloz como la luz nos deja a
oscuras, la necesaria para recuperar el viejo juego del orgasmo.
II La partida
(Fragmento)
No estarás triste
mucho tiempo. Porque no hay tiempo. Todo, es vértigo. Ahora lo entiende. No le
habló más. Y le tiene que seguir hablando como si nada porque tienen cosas en
común. Un cuerpo que crece.
*
Manos a la obra. No
resulta tan fácil. Es la primera vez que desmonta algo llamado hogar.
*
Tener ese tiempo
tan preciado es algo que se escapa de la curva de precios. No tiene un valor. Y
sólo adquiriría valor si cobrara cuerpo en un bien de cambio. Ve por ahí las
obras de Lenin. Y libros que jamás volverá a leer. Él la ubicó en un sitio
dándole una manera de leer un mundo que quedó mudo. El amor es sólo aglutinante
-El amor es lealtad. Qué palabrita esa del amor. Cuando se es de alguien no se piensa
mucho en nada. Porque lo piensan por una.
*
El lenguaje es nuestra
casa.
Dije una vez. Y
fuimos literales.
*
Las historias de
amor no me convencen.
Todas son
mentirosas.
Tal vez el amor sea
el gran pretexto de la historia
para justificar
guerras.
*
La inocencia del
escritor
es la inocencia del
niño
que mastica el
pecho de su madre
por amor.
*
En verdad no estará
llorando por los rincones. Ni por las esquinas porque no es su estilo. Por ahí
se excederá en los ansiolíticos. Esas pastillas que vuelven de piedra... Ya no
está respirando su atmósfera. Un espacio para vivir con oxígeno no es mucho
pedir.
*
Dicen que los
humanos nos juntamos para reproducirnos. Y hacemos todo lo posible por sostener
la ilusión de que la unión hace la fuerza. Pujamos hijos y esperamos
resultados. Estamos la mitad el tiempo de la estadía esperando que el otro sea
otra persona. Y cuando nos anoticiamos de que es un despropósito simplemente,
decimos chau.
*
Amor de mi vida te
digo chau porque no se puede estar toda una vida tratando de que pierdas tu
sustancia para convertirte en la escultura que mis ojos acarician cuando te
miran a lo lejos. Ya no hay más desayunos ni cenas. He perdido la costumbre de
hacer fuegos y sentarme con otros a la mesa. Se llama libertad.
III En el camino
La lectora
(…)
Teníamos un
lenguaje común.
Conversábamos largo
y tendido sobre cómo sería nuestra vida.
No fue posible. El
lenguaje cambió de dirección. Surgieron
idiomas disonantes.
Me tuve que ir.
Lejos, con un atado de cosas
que no se pueden
llevar si no atadas.
En terreno propio
dije:
soy soberana de mi
lenguaje.
*
"Pensé en
paisajes silenciosos.
Para pasar las
horas de sueño sin sueño.
Pensé en los
papeles que he perdido definitivamente.
Y en el libro que
me salvó la vida en la noche en que por ahí
se la puede perder
por una mala decisión.
Si hay algo que me
otorgaron fue la fe en la palabra escrita.
En que los libros
te pueden devolver la libertad
o te hacen libre
para siempre
porque donde hay un
lector hay una música que se interpreta,
y un escritor que
calienta el cuerpo nuevamente".
La nostálgica
(…)
Todo cuanto veo
es mío y no me pertenece. Nada de lo que me
pertenece, debería. Le preocupan el
mundo y el destino de
las letras. Garantizar la presencia
de la letra es asegurar la
continuidad de la diversión.
Mentes que leen
son mentes más divertidas.
Esas que pueden
reír en la adversidad y que inventaron el cine y el
teatro en plena guerra de trincheras.
No se puede vivir sin referencias.
En: “De la Migración”, Trópico Sur Editor,
2014. Selección de textos: Jmp.
Gracias por tu libro, Fernanda.
Fernanda Castell (Coronel Dorrego, Provincia
de Buenos Aires, 1965). Reside en La Plata.
Foto: FC en FB.
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